INGREDIENTES: Agua, harina integral de centeno* (20%), proteína de trigo* (13%), linaza marrón* (10%), harina de soja* (10%), salvado de soja* (4%), vinagre de sidra*, semillas de girasol* (2%), salvado de trigo*, fibra de manzana*, sal marina y levadura* (*Procedente de Agricultura Ecológica)
Para convertir el porcentaje de proteínas de un pan «normal» (12-15%) al de un pan «proteico» (20-30%), solo basta sustituir una parte de la harina de cereal por otro ingrediente o ingredientes ricos en proteínas (ejemplos: harina de soja o de otras legumbres, proteína de soja o de guisante, proteína de trigo-gluten-, semillas y frutos secos), que al agregar uno o varios, no solo aumenta la cantidad de proteínas, sino que también la de minerales, vitaminas, antioxidantes y fibra.
Este tipo de pan resulta interesante para personas con altas necesidades de proteínas:
-Deportistas: es genial tras el entrenamiento o competición, cuando las proteínas son esenciales para la reparación y construcción de nuevo músculo.
-Embarazadas y lactantes: en el tercer trimestre de gestación, cuando el feto crece de manera muy rápida y las necesidades de proteínas aumentan en unos 25-30 g/día. Las proteínas no solo van a ser usadas por el feto, sino que la madre también las necesita para proteger sus huesos, preparar su masa muscular para el parto y producir la cantidad extra de hemoglobina, anticuerpos y otras proteínas de la sangre.
-Personas convalecientes de una enfermedad o de una cirugía: ambas situaciones aumentan el catabolismo y la destrucción de proteínas, las cuales son imprescindibles para que se cicatricen heridas, se recupere masa muscular, se produzca colágeno para la piel y se refuerce el sistema inmunitario.
-Personas mayores: en la vejez se necesitan menos calorías pero más proteínas, ya que con la edad, las proteínas no se aprovechan tan bien. Como las personas mayores comen menos, es importante que sus alimentos tengan una mayor concentración de proteínas para compensar. Les mantienen los huesos fuertes y una buena masa muscular, y esto los protege frente a las caídas, fracturas óseas y frente a la sarcopenia, un síndrome típico de esta edad que se basa en debilidad, cansancio, falta de energía y problemas de coordinación y equilibrio.
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